¡Qué hermanas tan adorables! Me gustó especialmente la mayor, jugosa, madura. Y tuvo una muy buena idea: soltar a su hermana pequeña de esta manera, y no con un desconocido de la calle, del que se podría desconfiar, sino que le ofreció a su novio probado. La hermana mayor todavía tiene que enseñar a la menor a afeitarse el coño, ya sea desnudo como el suyo, o a hacerse un corte de pelo íntimo más bonito.
¡Esa chica es como Pulgarcita! Eso es un picotazo en la mejilla. Y el tipo se la coge como un caballero sin ser rudo. Pero yo no sería fácil con la rubia. La haría una perra para que todos se la tragaran. ¡Es hora de crecer, princesa!